La Oración Mas Difícil

He orado muchas veces por cosas difíciles. Para que los corazones sean transformados, para que las familias sean consoladas en medio de su dolor. He declarado las promesas de Dios sobre la vida de la gente. He orado para que Dios haga lo imposible y simplemente milagros. Sin embargo, he levantado estas oraciones con cierta facilidad incluso cuando me duele. Pero el 15 de noviembre 2018 a eso de las 6:30 am. Oré una oración que sin duda era la más difícil para mí.

Mi hijo menor, el bebé de la casa había estado enfermo por un par de días. Ese miércoles por la noche, 14 de noviembre 2018, decidimos que el médico lo revisara debido a darnos de cuenta que su respirar no era normal. En el médico descubrimos que lo que pensábamos que era un resfriado se había convertido en bronquiolitis. 

Los niveles de oxígeno de mi hijo no superaban de los 89, incluso después de dos tratamientos para el asma. Nos enviaron directamente a Urgencias. Después de un par de horas en Urgencias hicieron una radiografía que reveló que tenía neumonía. Admisión automática. Debo confesar que me dio miedo, pero aun así me sentía un poco aliviada pensando que se estaba quedando en observación. No sabía que iba a ser la noche más aterradora para mí.

 


Fue después de medianoche cuando finalmente estábamos en una habitación. A través de esa madrugada, el médico y las enfermeras entraban y salían de la habitación constantemente. Los niveles de oxígeno de Ethan eran tolerables siempre y cuando no se durmiera. En pocas horas la máquina de oxígeno estaba en lo máximo y los niveles de oxígeno todavía bajaban entre los 70 y 80. Incluso bajaron hasta los casi 70 cada vez que se dormía. No hay nada peor que ver a tu pequeño luchar con cada aliento y no hay nada que puedas hacer para que se sienta mejor.

Alrededor de las 6:15 a.m. finalmente lo tomé en mis brazos y lo acosté en mi pecho. Poco después, el médico entra de nuevo y nos dice cómo ha sido una noche difícil y cuán probable es que vayamos a ser trasladados a otro hospital que tenga cuidados intensivo pediátricos. Ella dijo algunas otras cosas después, pero honestamente después de escucharla decir cuidados intensivo pediátricos todo lo demás se borró.

Mientras ella salía de la habitación, al instante supe que íbamos a terminar en el cuidado intensivo y lo único que pude hacer fue sostenerlo, bajar la cabeza y orar. Sin embargo, mi oración no fue una petición fácil de "Dios por favor sanarlo" o una declaración de "él es sanado por sus heridas". Después de la noche que pasamos no encontraba la fuerza para orar esas palabras. Así que con un corazón pesado oré, "Señor, más de lo que él será mío él es tuyo. Tu voluntad se hará, no la mía."

Literalmente sentí que dejé a Ethan a sus pies y retrocedí. Para todos mis padres, pueden entender lo difícil que es dejar a tu hijo enfermo mientras vas a trabajar. Te rompe el corazón porque lo único que quieres hacer es quedarte con ellos cuidándolos y reconfortándolos. Te rompe el corazón, aunque sabes que en un par de horas volverás a estar con ellos.

Sin embargo, aquí le digo a Dios que el nene es de él y que haga su voluntad. Fue el extremo de mi oración lo que lo hizo difícil. Difícil, porque ¿y si fuera Su voluntad llevarlo de vuelta a casa? Mi mundo habría sido destruido, habría sido aplastado y sé que mi vida y la vida de mi familia no habrían sido las mismas. También sé que al principio no sería capaz de entender esto, pero espero que eventualmente entendiese que la voluntad de mi padre, lo que había planeado, el propósito de mi hijo se habría cumplido. Aunque, estaría pasando por un dolor inmenso, me habría dado cuenta de que Su voluntad, sus caminos son siempre mayores.

Ese miércoles para mí básicamente duro 48 horas. No entendí que un día había terminado y otro había empezado. Sin embargo, fuimos trasladados al otro hospital y puestos en intensivo a las 11 de la mañana. De hecho, recuerdo haber mirado mi reloj y decirle a Carlos: "¡¿Son sólo las 11?! "pensando que ya debería haber sido de noche, pensando en cómo es que no es un nuevo día.

¡Pero lo era! Y afortunadamente, a medida que avanzaba el día, poco a poco Ethan comenzó a mostrar mejoría. Aunque estaba en oxígeno y alto flujo (razón por la que tuvimos que estar en intensivo). Estaba actuando un poco más como él y lo más importante no estaba luchando tanto para respirar.

Ya para el viernes, estaba activo y juguetón permitiendo a los médicos bajar el alto flujo. Para el sábado por la mañana, lo sacaron de alto flujo y lo dejaron solo en oxígeno. El sábado a las 3 pm Ethan se arrancó los tubos de oxígeno de su nariz. Era como si estuviera diciendo "eso es suficiente, estoy bien". A las 5:30 estábamos fuera de intensivo con mi hijo respirando por su cuenta. ¡Gloria a Dios!

Debido a las circunstancias en las que estábamos, no saber lo que le iba a pasar a nuestro niño hizo que la oración fuera lo más difícil que he hecho. Pero también me enseñó algo o realmente me hizo darme cuenta de algo.

No hay nada en este mundo que sea mío. ¡Es todo suyo! Es toda Su creación. El simplemente nos está dejando como mayordomo de lo que le pertenecía desde el principio de todos los tiempos. Así que en lugar de buscar la propiedad o estar atrapados en un complejo de creadores, esforcémonos por ser buenos administradores de la creación de Dios. Mi oración más dura fue la más difícil debido a que son mis hijos, los crie, nadie puede quitármelos. Pero, al darme de cuenta de que realmente no es mío y dárselo al creador de todos nosotros siempre será lo mejor que se puede hacer. Independientemente del resultado. 

A través de esos dos días Dios trajo tantas cosas a la luz en mi esposo y en mi. Mi vida ha cambiado. Mi maternidad dio un giro para el bien sólo por quien es nuestro buen Padre.

 

 

 

 


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